Razas Sobrenaturales

Razas Sobrenaturales

En Gaïa supuestamente sólo existen humanos. Por supuesto, esto es una gran mentira tejida por una organización llamada Imperium, que vigila el destino de la humanidad desde tiempos inmemoriales. Existen otras muchas razas que o bien viven en planos distintos de la realidad o viven camuflados entre los humanos.

Jayán

Son una de las razas secundarias de Gaïa, cuya dispersión y disgregación les impidió alcanzar todo su potencial.
Son criaturas humanoides de gran tamaño (entre los dos y los tres metros y medio de altura). Su físico está excepcionalmente bien desarrollado, con una musculatura y potencia simplemente arrolladoras. De pelo y piel oscura (la piel con tonos pardos y ocres), poseen dos grandes cuernos en la cabeza y un tercer ojo en la frente, que siempre es de color rojo y con el que pueden ver seres espirituales. Alcanzan con facilidad el centenar de años.
Aunque de carácter nómadas, son capaces de permanecer durante largos periodos en un lugar si este tiene las condiciones adecuadas para vivir. Tienen un carácter propenso a la violencia y estallan en ira con facilidad. Actúan  de un modo abierto, ya que rechazan los subterfugios y las mentiras para alcanzar sus fines. Ellos mismos se consideran como una raza de guerreros.

D’Anjayni

Son una de las razas más enigmáticas de Gaïa ya que han vivido siempre a la sombra de la Historia, tratando de relacionarse lo menos posible con otras culturas de una manera abierta.
De piel completamente blanca, aunque marcada por líneas azules que forman sus vasos capilares, la gran mayoría son calvos (a los pocos que les crece el cabello, lo tienen negro). Sin huellas dactilares ni uñas. Se marcan la cara o las manos con los símbolos de su estirpe.
Viven entre los tres y los cuatro siglos, y, aunque alcanzan la madurez a los cuarenta o cincuenta años, el momento más importante de su vida llega poco después de nacer ya que durante el periodo de gestación sus madres «sienten» espiritualmente cuál es el nombre del niño que llevan en el vientre y se lo otorgan en una ceremonia que les marcará durante el resto de su existencia. Los D’Anjayni solo revelan el auténtico nombre a aquellos en quienes confían completamente, usando seudónimos para referirse a sí mismos ya que aquel que conozca su verdadero nombre poseerá un gran poder sobre ellos.
Fríos, tranquilos y minuciosos… les gusta observar con detenimiento los acontecimientos del mundo y estudiar en secreto a otras culturas sin ser detectados.

Sylvain

Pocos seres están ligados tanto a la fantasía y a la magia como los Sylvain. Conocidos por los otros pueblos de Gaïa como elfos, es la raza vinculada a la luz más importante.
De apariencia física similar a la humana, son más estilizados y poseen orejas largas y puntiagudas. Su pelo es habitualmente rubio, pero también pueden tomar diversos colores poco usuales, como tonos azulados. Aquellos que tienen ojos o cabellos negros son niños nacidos sin el Don de la Magia y se les llama elfos oscuros y, aunque formalmente se les trata como iguales, son considerados parias por nacer con un alma incompleta. Viven diez veces más que un humano.
Son relajados, tranquilos, pacientes… y aunque sienten pena cuando se ven obligados a actuar de manera inapropiada a sus creencias, no entienden el concepto «remordimientos» (lo hecho, hecho está y no puede ser cambiado). Les gusta el conocimiento, las artes y todo lo que es hermoso; son melancólicos y temen al cambio y a la mutabilidad de las cosas.
Su sociedad es igualitaria dando una enorme importancia a la magia y a lo sobrenatural.

Daimah

Son una raza atada por esencia a la naturaleza y a la vida. Similares a los Sylvian pero con enormes diferencias entre ambos.
De complexión inferior a la media humana, tienen las pupilas rasgadas como las de un felino y con colores muy variados. Poseen orejas puntiagudas acabadas en un poco de bello y una cola felina. Viven el doble que un hombre normal.
Son individuos muy animados y alegres y sin muchas preocupaciones. Son muy activos, optimistas y confiados, con gran sentido del humor.
Conviven en perfecta unión con la naturaleza, construyendo sus ciudades en bosques o selvas, aprovechando los árboles y las plantas todo lo que pueden sin causarles daño. Su sociedad es sutilmente matriarcal y sus líderes se denominan los Cuatro Sacerdotes de las Estaciones. Todos ellos poseen grandes habilidades mágicas, que desarrollan de un modo salvaje observando la naturaleza.

Ebudan

El verdadero origen de los Ebudan era el de seres elevados que nacieron a partir de leyendas angelicales. Su cometido era velar por las alteraciones graves acontecidas en el mundo material a causa de fluctuaciones en el espiritual, y ocuparse de solucionarlas. Pero se cruzaron con los objetivos de los Shajads en varias ocasiones y fueron arrojados por estos de los cielos y despojados de sus poderes espirituales. Desde entonces viven de un modo disperso y desorganizado, tratando de recuperar parte de sus capacidades perdidas.
Tienen apariencia humana, pero con dos grandes alas (en la espalda, cabeza, brazos o caderas) que les permiten volar. Desde que nacen tienen el Marduk, un enigma en forma de extraños tatuajes por todo su cuerpo, y que les permite prever acontecimientos importantes del futuro. A ese «destino» lo llaman el Sue’ Aman, y se convierte en su obsesión hasta realizarlo, porque si lo logran recuperan su poder y pueden elegir entre permanecer en Gaïa o convertirse en seres espirituales y regresar al mundo anímico.
Pueden tener una vida de unos trescientos años, y socialmente siguen a aquellos miembros de su raza que demuestren tener mayores conocimientos… normalmente, aquellos que han cumplido su objetivo pero permanecen en el mundo.

Duk’zarist

Son los hijos de las tinieblas, muy probablemente, la raza más poderosa que ha pisado el suelo de Gaïa. Su esencia está ligada a la oscuridad y, en menor grado, al fuego.
Parecidos a los humanos, pero con piel blanca, orejas puntiagudas y ojos rojos. Su pelo es sólo de dos colores: o negro como el plumaje de un cuervo, o blanco con tonos ceniza.
Su personalidad es compleja. Son individuos orgullosos que valoran por encima de todo el conocimiento y la fuerza, pero que a la vez detestan la violencia sin sentido… y son enormemente competitivos. Tienen en muy buena consideración a aquellos que demuestren tener poder o sabiduría. Quien no posea ninguno de los dos (no existe para ellos).
Están fuertemente dotados de habilidades sobrenaturales. Por regla general los hombres poseen aptitudes piroquinéticas y las mujeres están muy capacitadas para la magia. Y dada su enorme vulnerabilidad al metal, basan toda su civilización en el trabajo de la madera, especialmente la de los árboles de Ghestal.

Devah

Los Devah, antaño una de las principales y más poderosas razas que poblaban Gaïa, cayeron en el olvido mucho antes de que el hombre obtuviese su supremacía.
Tienen el pelo de colores poco usuales que van del azul al púrpura o al verde. Parecidos a los Jayán, con un tercer ojo en la frente pero sin cuernos. ore en los ámbitos de los fantasmas y lo sobrenatural en torno a ellos no importa qué fuente lo percibimos. Pueden vivir más de 200 años.
Más que cualquier otra raza, los Devah se asocian con los espíritus y el mundo de lo sobrenatural, y es casi natural que la sociedad compense su físico débil con su fuerza espiritual. Son expertos en el arte de la convocatoria.
Rara vez han participado activamente en las guerras, pero siempre buscaron otros medios para influir. Pero sí que entraron en continuas y devastadoras guerras internas… ellos mismos se autodestruyeron, muriendo alrededor del 90% de su población.

Vetala

Es más que probable que esta antigua raza haya dado lugar a los mitos sobre vampiros.
Su piel es pálida y azulada y sus venas brillan través de la piel. Siempre con ojos plateados con contorno enrojecido.
Se alimentan de sangre de la que obtienen todos los nutrientes que necesitan, ya que su cuerpo rechaza cualquier otro alimento.
En teoría, los Vetala son inmortales, pero el cuerpo envejece a través de los siglos hasta que casi en su totalidad se asemejan a un muerto en vida y su cuerpo es una cárcel para el espíritu del Vetala. Aunque pueden tomar grandes cantidades de sangre para revertir este proceso y volver a ser joven y fresco, pero cuanto más viejos son, más sangre necesitan. Son sensibles a la luz solar u otras fuentes de luz pura. Del mismo modo, sus cuerpos se queman con facilidad en climas cálidos. Por estos motivos, su vida se centra en la noche. Son capaces de aparearse con otras razas (aunque esto rara vez ocurre), pero los descendientes son siempre siempre Vetala pura o nacen muertos.
A pesar de su inmenso poder individual, nunca ocuparon un lugar destacado en la historia de Gaia.

Dalyr Tuan

Son los más jóvenes de todas las razas sobrenaturales. Su edad se remonta a tal vez a hace 900 años.
Fueron creados en Alberia. Algunos hombres y mujeres se aparearon con los espíritus de los animales y sus descendientes dieron lugar a los Dalyr Tuan.
No parecen diferentes de cualquier ser humano, pero han adquirido la capacidad de asumir las características de los animales.
Es difícil definir una verdadera cultura propia de los Dalyr Tuan. La mayoría prefieren vivir como tribus nómadas de los bosques de Alberias.
Ello es debido por un hecho importante que fue la batalla de los Murmullos del Bosque, en la que el ejército del primer emperador Giovanni Zhorne destruyó la mayor parte de Dalyr Tuan y los sobrevivientes se ocultaron por todo el país y desde ese día, la auténtica naturaleza de los Dalyr Tuan se haya oculta entre los ciudadanos humanos de Alberias. Una y otra vez mezclan su línea de sangre con los de las personas Alberias que viven entre ellos, negando incluso a la parte animal con el fin de encontrar una familia.
El ciclo lunar parece ocupar un aspecto importante de su vida, ya que aumenta y disminuye su fuerza con cada posición lunar.