Relatos de Campañas: Deadmoon

Nos gusta jugar «campañas», qué le vamos a hacer! Es un aliciente, es una extra, es un modo de vivir…
Hace unos meses nos aventuramos con una primera campaña (versión beta) de Anima Tactics. Fue bautizada como «Ankh» (transcurría en dicha ciudad).
De dicha campaña, el master Hurgrim (muchas gracias!!!) me ha facilitado los relatos más relevantes de algunas de las partidas que hicimos… y que poco a poco iré publicando.
Y dice así:

No podían fallar.
Habían perdido a muchos compañeros en el camino, demasiados.

Y todo para nada. Eran el hazmerreír de los bajos fondos de la ciudad, y su reputación entre las clases nobles tampoco era la mejor. Habían fracasado demasiadas veces. Algunas por culpa de la casualidad o la mala suerte, otras por culpa de la traición… El encargo del gremio de asesinos era demasiado importante. Se jugaban demasiado.

No podían fallar.

Deadmoon fue la primera en atacar. Utilizó su capa de sombras para acercarse a su objetivo y lanzó su arma mortífera. La agente de Wissenschaft no pudo esquivarla y cayó fulminada al suelo. Sin esperar a que sus rivales se recuperasen de la sorpresa, la acechadora hizo una finta y lanzó un tajo con su espada a la nada. Pero algo detuvo el golpe. Rápidamente comenzó a hacerse visible la figura de una mujer que bloqueaba el arma de Deadmoon con sus dos dagas. La lucha fue encarnizada. La agente de Azur luchaba como si no temiese por su vida. No esquivaba, no retrocedía. Sus movimientos eran un continuo ir y venir de tajos. Su enemiga se defendía y contraatacaba con excepcional agilidad, pero sus cortes no conseguían causar grandes daños. Era como si la sangre de Oneiros que corría por sus venas la estuviese protegiendo se sufrir una herida mortal.

Claude, Bella y Aqua aparecieron para apoyar a su capitana. La suerte de la batalla estaba echada.

Verónica consiguió lanzar una bomba de humo y, con la ayuda de Cordelia, sacaron a Alis del lugar. Deadmoon y su equipo no las persiguieron. No debían.

Su misión había sido un éxito. Podían volver con la cabeza alta al gremio de asesinos. Hoy les había sonreído la fortuna.

Hoy no habían fallado.

HURGRIM

Un comentario en “Relatos de Campañas: Deadmoon”

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